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La propuesta CPI reflejada en las relaciones

No dejan de sorprenderme las profundas relaciones que se tejen durante la Certificación como Coach CPI. El adulto y el joven, el estudioso y el práctico, el buscador y el hacedor…el que vino de casualidad y el que se lo pidió la Empresa donde trabaja, se reconocen y se relacionan con los más diversos matices.

En la Certificación CPI hay distintos momentos. Los primeros meses, a lo que le llamamos el “intensivo”, donde toda una batería de conceptos, descubrimientos, teorías, aportes de distintos pensadores y “experimentadores” dan lugar a lo que se ha ido desarrollando como “Coaching”, sus distintas corrientes y escuelas hasta llegar a nuestra propuesta: El Coaching Psicológico Integral.

Durante el intensivo comienzan las afinidades, las diversas posturas frente a los temas y experiencias que se dan, las charlas casuales en los ricos breaks, las diversas opiniones durante las clases, que permiten comenzar a tener una idea de quién es “ése” que está al lado o en aquel lugar del aula. Con el tiempo se va compartiendo más y más, los otros comienzan a tener nombre, profesión…en fin, comenzamos a ser “nosotros”. Dentro del nosotros también están los profes y su estilo particular.

Se practica coaching, se integran  miradas desde la filosofía, psicología, biología y ciencias varias, pero se integran también “vidas”…la de cada uno de nosotros, con inusitada simplicidad compartimos alegrías, dolores, miedos, logros. Difícil ponerle palabras a algo que nos pasa, pero hay más.

Una de nuestras herramientas más usadas en la corriente es la “Herramienta Empowerment” (*), la cual nos propone encontrar nuestras creencias limitantes y decidir qué queremos hacer con ellas, lo cual nos devuelve el poder de elegir cada vez con más libertad en nuestras vidas.

Luego de estos aprendizajes comienzan los trabajos en grupos, para descubrir el coaching en “carne propia”, coachear, ser coacheado, observar sesiones. Formar un equipo y comenzar a “experimentar” lo teórico, qué significan los valores en “mi” vida y en “nuestro” equipo. Comenzar a trabajar juntos tras un objetivo: Certificar como Coach Psicológico Integral. Cada equipo va definiendo su propio estilo, que es más que la suma de los estilos individuales, pero sobre lo cual hay poco que decir y todo por experimentar.

El proceso culmina con la “sesión final”, el momento donde nos evaluamos para ver si estamos “listos” para ser Coaches, si hemos adquirido las “Competencias de un Coach”. Pero antes todo un tiempo de preparación donde los grupos se “agrandan”, se mezclan entre ellos para practicar la herramienta y donde también se da lo “mágico”: descubrir que “nosotros” también soy “yo”, que mi identidad se ha expandido al conocer, entender, espejarme en lo que el “otro” es.

Se entiende, tal vez, con más profundidad, que somos Comunidad. Que tenemos mucho en común, que caminando juntos nos potenciamos, que mi experiencia le sirve a los demás y la de los demás a mí. Que lo que me pasa le pasa a otros y juntos tenemos más posibilidades de solución. O por lo menos, es la explicación que me doy hoy, cuando veo que alumnos que ya han certificado sienten la necesidad de seguir acompañando a los compañeros que todavía no lo han hecho, que los compañeros de distintas “cohortes” se ofrecen para compartir con los más “nuevos” o bien lo que aprendieron o su tiempo para ayudarles a practicar la Herramienta Empowerment o bien como simples “conejillos de indias” para que puedan practicar.

Es importante llegar a este momento del Proceso de Certificación, pienso que es lo más rico, porque se pone “toda la carne al asador”, puedo ser yo mismo frente al otro, porque el otro soy yo. Puedo comenzar a ver valores en el otro, porque no tengo algo que ocultar, porque juntos vamos descubriendo cada vez más valores ocultos en nosotros, que somos mucho más de lo que pensamos. Incluso que, a veces, la manera en que pensamos nos limita y mi compañero me ayuda a descubrirlo, aún el que menos conocí, aún el más “distinto”.

¿Se ha producido un pequeño cambio cultural? ¿Tenemos algo que ofrecer a la Sociedad?

Por lo que puedo observar, sí. Aunque soy arte y parte, es claro que “algo pasa”.

Justamente los momentos prácticos se llaman “Laboratorios”. Donde se combinan distintas identidades para finalmente descubrir una Identidad, con mayúscula, del grupo. Donde se puede poner a prueba la idea de la supervivencia del más apto por aquella idea de la colaboración, del dar como un regalo lo que somos, y recibir también como un regalo, lo que el otro es…y “ver” qué pasa…tomar el riesgo de suponer que estos “ingredientes” son los que tienen que estar para que resulte la combinación que es necesaria para este momento, es un riesgo muy motivador luego de este tiempo compartido.

Sí, algo pasa… la mayoría de los alumnos declaran no ser los mismos, sentirse con fuerza para emprender desde otras perspectivas los desafíos de la vida. Algunos dicen haber encontrado. Otros, cuando las “clases” son más esporádicas, dicen extrañar estar juntos. Otros contagian “ganas”, cuando mandan fotos de su grupo de trabajo a los demás grupos…por supuesto habría más para contar.

CPI no es mágico. Mágica es la metáfora que encontré para poder decir que “algo pasa” en esta experiencia. También pasa porque queremos que pase. O sea: hay que decidirse a “hacer”, para que algo distinto pase. Hay un hacer individual, es válido. También hay un hacer juntos, me parece, menos explorado por la mayoría…y sorprendente.

(*) Sesión Empowerment: La herramienta propia de la corriente, para más información descarga el libro en https://coachingpsicologicointegral.com/recursos/

Por Cesar Cucchi

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